las cuevas de Giribaile





me quede con la sonrisa
de la charca y con su brisa
que para ser noviembre
nos da tregua
y aun el frio no aterra
en silencio y armonía
la paz allí se sentia
incluso murciélagos
hubieron al lado
pero ya no me daban miedo
los veía como aliados
y en todo caso yo fui la intrusa
que se metió sin estar invitada
en su cueva, en su morada


¿será que quede dormida?
¿o que perdí la rutina?
no he vuelto a contar las horas
que faltan para que llegue la aurora
no he vuelto a contar los pasos
que me alejan de mi ocaso
el tiempo se ha vuelto amigo
me ha dejado que siga camino
y vuelvo a lugares perdidos
de difícil sendero y destino
de los que me encanta contemplar
el paisaje y poco más
y aunque tan cerca de casa
no conocía donde estaba
a pesar de lo arriesgado
que resulto estar allí en lo alto
el estimulo que me dio
valió la pena, la osadía
sin duda, volveré algún día¡






6 comentarios:

Ely dijo...

Que lindo post, me gusto mucho,
lindo blog,
un beso.

TORO SALVAJE dijo...

Parecen acogedoras esas cuevas.
Con tus palabras más.

Besos.

Onminayas dijo...

Te reencontraste con la naturaleza, Mati, que es en sí reencontrarnos con nosotros mismos. Algo muy deseable, que a veces olvidamos en nuestro día a día.

Besos.

PD: hermosa foto, hermoso perfil.

PABLO JESUS GAMEZ RODRIGUEZ dijo...

Que preciosidad de composición, arte, corazón y sensibilidad a raudales, querida 1mati.

Me ha encantado.

Besos y feliz domingo.

lanochedemedianoche dijo...

Hermosas letras, esas cuevas deben ser misteriosas y bellas.

Besos

pepa mas gisbert dijo...

Siempre hay que volver al sitio en el que uno se ha sentido bien.

Saludos