inesperadamente, como casi todo lo absurdo que me pasa,
me enredo en las palabras, y no digo lo que quiero,
sintiendo,
en este preciso momento
el arrepentimiento…
el arrepentimiento…
cierro los ojos, y, vuelvo
abrir la boca con mis dedos,
pulsando letras que forman palabras,
palabras insolentes,
que provoquen tú
presencia,
sintiendo en este preciso momento,
que me pierdo…